En el último Pleno del Ayuntamiento de
Ondara gobernado por el PP se aprobó la propuesta presentada por este grupo para que una importante avenida
del pueblo lleve el nombre de Adolfo Suárez.
Es verdad que desde la muerte de esta persona, los medios de comunicación, Radio, prensa y
televisión, han llevado a cabo una campaña sin precedentes, de
enaltecimiento y exaltación del
personaje y del papel que este
desempeñó durante la transición. El mismo
mensaje que durante más de treinta años han hecho llegar a los ciudadanos y que
tanto daño ha hecho a la democracia, al progreso y al prestigio y credibilidad
de este País pues a día de hoy el Estado Español continúa bajo la enorme
influencia de las fuerzas que entonces controlaban el régimen fascista de
Franco. (De aquellos polvos tenemos estos lodos)
Pues bien, una vez más hay que recalcar,
que ni la transición fue tan modélica, ejemplar ni tan pacifica ya que no hay
que olvidar que en el transcurso de esos
años se produjeron muchas decenas de muertos, 600 según algunas fuentes, la
mayoría víctimas de las organizaciones policiales y de los grupos fascista,
grupos que nunca fueron descubiertos ni castigados.
Lo cierto es que Adolfo Suárez no fue más
que el encargado de velar por las esencias franquistas y de llevar a cabo el proyecto Capitalista y monárquico,
diseñado por la Comunidad Económica europea y los grandes intereses
Geopolíticos, e Imperialistas de EE.UU y
su brazo armado la OTAN. Algo que probablemente no hubiese sido tan fácil sin
el apoyo, y la colaboración más rendida e incondicional de los Partidos
llamados de izquierdas. En todo caso si
de alguien ejemplar, hay que hablar, sin ninguna duda, no fue otro que
el conjunto de ciudadanos sacrificados, y que tuvieron que abdicar de todos sus
sueños, esperanzas y derechos, de su memoria e historia colectivas, enviar al
olvido los cientos de miles de muertos enterrados en las cunetas, y que
tuvieron que someterse a los intereses más encarnizados de los fascistas, los
terratenientes, la oligarquía más reaccionaria y la Iglesia.
Que a estas alturas el PP quiera poner
placas y calles con el nombre de Suárez, es de lo más normal y está en el orden
de las cosas, al PP no le gustan ni la verdad, ni el libre pensamiento, ni la
objetividad, ni la reflexión y sobre todo la inteligencia y el libre albedrio
de los ciudadanos. Lo peor, es que como siempre la izquierda en este caso el
PESOE haya votado con un Sí a semejante
propuesta y los de Compromís con una abstención. ¿Tan mal andan estos políticos
de historia y de reflexiones y debates críticos, que a todo dicen que sí
postrados de hinojos, siempre, ante el poder? Para cuándo la Verdad, la
Justicia y la dignidad.
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